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English version: POLAND: Agrarian reforms and family farming

POLONIA: Reformas Agrarias y la agricultura familiar

Documents of reference

Piotr Dabrowski, « Pologne, Un laboratoire de l’histoire », in Courrier de la Planète, N°47, septembre- octobre 1998; Andrzej Lipski, Communication à l’atelier organisé par l’IRAM, la CONTAG et les réseaux APM lors du Forum Social Mondial, Porto Alegre, janvier 2001.

Polonia ha conocido tres grandes reformas agrarias, las cuales se llevaron a cabo en circunstancias y modalidades completamente distintas. El « laboratorio polaco » en materia de tierras , es un buen ejemplo de la diversidad que se esconde detrás del término « reforma agraria », de la importancia de las alianzas establecidas por las clases dirigentes con el campesinado y de la necesidad de tomar en cuenta el modelo agrícola que éstas pretenden favorecer – qué tipo de explotaciones agrícolas y qué tipo de medio rural. Hoy, a pesar de la descolectivización, la importancia y el futuro de la agricultura familiar son de nuevo seriamente amenazados en Polonia.

La primera reforma agraria (1919-1939)

La primera reforma agraria se instaura dentro de una lógica política. La nobleza polaca necesita sin falta el apoyo del campesinado para realizar su proyecto de construcción y defensa de la nación 1.Dicha idea la comprende demasiado tarde, porque es hasta después de la primera guerra mundial, en 1919, que proclama la primera ley de reforma agraria 2.

El feudalismo explotó desmesuradamente a los campesinos polacos hasta la abolición de la servidumbre en 1863 3. Los grandes propietarios rurales poseían aproximadamente un cuarto de las tierras agrícolas de Polonia antes de la primera guerra mundial. Las grandes explotaciones podían abarcar de 200-300 ha hasta 2000-3000 ha, e inclusive más. Éstas estaban rodeadas de una gran masa de familias que poseían una corta extensión de tierra. Muchas familias ni siquiera llegaban a poseer una porción, la superficie habitual era inferior a 2 ha, mientras que algunas explotaciones comprendían 20-30 ha. La clase rural pobre representaba más del 65% de la población, aunque una parte de ella habia emigrado masivamente hacia América o Europa desde el siglo XIX. 4.

La reforma agraria de 1919 expropia con una indemnización (de 30 a 50% sobre el valor real) los terratenientes de las explotaciones de más de 60, 180 ó 300 ha según las regiones, con el objetivo de favorecer la creación de pequeñas explotaciones familiares (15-20 ha en teoría, siendo en realidad 5 ha en promedio). Ésta se acompaña de créditos a lo agricultores para la compra de tierras. La reforma se realizó de manera progresiva de 1919 a 1939, sin llegar a su término, debido a que 1,7 millones ha esperaban ser distribuidas en vísperas de la segunda guerra mundial. El impacto es, sin duda, evidente: las grandes propiedades que representaban 6.6 millones ha en 1919 no cubrían mas de 2,2 millones ha en 1939.

La segunda reforma agraria (1944)

En 1944, la Unión Soviética “libera” a Polonia, confiscándole 30% de su territorio e imponiéndole un sistema totalitario. Los comunistas promulgaron una ley de reforma agraria para así poder ganar el apoyo de los agricultores 5.

Las tierras y los bienes (a partir de 50 ó 100 ha, dependiendo de las regiones) fueron confiscados sin indemnización y los propietarios expoliados fueron obligados a abandonar la comuna.

Los resultados son difíciles a apreciar debido al redimensionamiento de las fronteras y al desplazamiento del territorio polaco hacia el oeste. Los agricultores poseían 1,7 millones ha, es decir, menos del 10% de las tierras agrícolas; aquellos que fueron desplazados del este del país, ocupado por la URSS, recuperaron en el oeste algunas explotaciones que pertenecían a familias alemanas expulsadas o que emigraron. Sin embargo, el primer beneficiario de estas transformaciones es el Estado, quien se apropia de entre un 40 a un 70% de la superficie agrícola del oeste del país. Las granjas estatales se generalizan, éstas van de 6.200 en 1955, abarcando 3,14 millones de hectáreas y llegaran a cubrir 4,6 millones de ha en 1980.

La política agrícola totalitaria se fijaba dos objetivos inconciliables: sobre el plan ideológico, colectivizar las tierras para así controlar al campesinado y la producción alimentaria; sobre el plan técnico, aumentar la producción para poder satisfacer las necesidades de la clase obrera. En un principio, las autoridades escogieron la opresión: falsificación de las elecciones en 1947, represión contra los agricultores militantes, sumisión por parte de los más ricos a entregas obligatorias de productos agrícolas a un 50% del precio real. Una oposición armada contra la sovietización y la colectivización se manifestó en 1953-54, en las regiones donde el poder del campesinado estaba muy fuerte. De 1956 a 1970 la colectivización forzada fue abandonada progresivamente, pero las entregas prosiguieron y las granjas estatales continuaron gozando en prioridad de las inversiones agrícolas. (80% por 20% de tierras).

De 1971 a 1980, para encaminarse a la vía de la modernización, Polonia se abre a las inversiones extranjeras, acuerda préstamos bonificados a los agricultores, subvenciona los precios agrícolas y abandona los impuestos sobre los insumos. Sin embargo, el Estado mantiene el control sobre las estructuras rurales y el comercio con un sistema de planificación absurda, originando desequilibrios económicos muy profundos. Durante los años 80, el país vive una crisis económica grave, con una inflación galopante, dando como resultado la demisión del gobierno y la llegada de un poder democrático.

La primera democracia independiente del bloque soviético debe sacar a flote una economía en quiebra. El aspecto agrícola y de tierra es uno de los más delicados. Aunque la colectivización fue menos profunda y arcaica en comparación a otros países soviéticos 6, ya que 75% de tierras pertenecen aún a los campesinos, el problema reside esencialmente dentro de las estructuras rígidas: el tamaño promedio de las explotaciones es inferior a 5 ha. Por otra parte, las granjas estatales (25% de las tierras) sufren de una gestión anterior catastrófica.

La tercera reforma agraria (1991 - …)

La liberalización de la economía, la supresión de las subvenciones, la apertura de fronteras y la privatización repercutieron intensamente sobre la agricultura, dando como resultado una caída de ingresos reales de los productores. A partir de 1991, el gobierno retoma la política agrícola, interviniendo sobre los mercados. El proceso de privatización de las tierras es objeto de un vivo debate en 1993, en el seno del gobierno de Solidarnosc. ¿Hay que proceder a las ventas libres, sin tomar en cuenta a las nuevas estructuras establecidas, como así lo querían los liberales u orientar la venta para poder favorecer a las explotaciones familiares ? Por lo tanto, el partido agrícola independiente abandona la coalición a poder, la cual se degrada hasta la victoria en las elecciones legislativas de los antiguos comunistas, meses más tarde.

La nueva política de tierra, establecida a partir de 1991 se caracteriza por la creación de una Agencia Nacional de Tierra, la restructuración de granjas estatales y más tarde su privatización (tierras y bienes) . Las deudas de las granjas estatales estaban, por lo tanto, garantizadas.

Las leyes referentes a esta reforma de tierra serán modificadas en repetidas ocasiones. Aunque en 1997, los textos afirman que la Agencia Nacional de Tierra tiene, entre otras funciones, la creación y el fortalecimiento de las explotaciones familiares, ninguna decisión definitiva fue tomada en ese sentido y el Parlamento sigue dudando entre la venta libre y la venta orientada. Si bien los polacos guardan una gran sensibilidad relacionada a la cuestión de la tierra y que la constitución de ese país afirma que las explotaciones familiares constituyen la base de la agricultura, este aspecto no es tratado de manera prioritaria. En cambio, son otros temas relacionados a la integración a la Unión Europea o a la OMC los que ocupan la primacía en la agenda.

En 1997, 3,6 millones de hectáreas descolectivizadas fueron rentadas, 0,6 millones ha fueron vendidas y 0,4 millones ha fueron administradas por la Agencia Nacional de Tierra. La gran mayoría de granjas estatales fue rentada o vendida en su totalidad, sin parcelación. Muy pocas de ellas fueron accesibles a los campesinos, a pesar del establecimiento de un programa de instalación, el cual fue limitado.

Las explotaciones agrícolas tradicionales o resultado de la segunda reforma agraria, que existían en el inicio de los años 90, eran de tamaño limitado, mal equipadas y no podían ser competitivas de manera inmediata dentro del contexto de liberalización económica y apertura de mercados. En esas condiciones, la reforma de tierra suscita la creación de propiedades de tierra gigantescas, de miles de hectáreas 7. Incluso existe una de 70.000 hectáreas, lo cual no se encuentra, sin duda alguna, en ninguna parte en Europa Occidental  ! Algunas no son aprovechadas debidamente 8, mientras que en sus alrededores se encuentran explotaciones que no cuentan con la porción de tierra suficiente. Otras son explotadas siguiendo técnicas agrícolas modernas, con una lógica capitalista. Los dos millones de explotaciones familiares que existen el día de hoy en Polonia y que representan el 25% de la población, deberían, según los discursos oficiales, estar al menos reducidas a la mitad, puesto que el futuro favorecería el agro-negocio, aunque haya ya una tasa fuerte de desempleo en las ciudades y un fenómeno de bajo empleo en el campo.

Las organizaciones agrícolas polacas no comparten esta opinión y están convencidas de que la agricultura familiar polaca, la cual supo resistir a la colectivización, representa una ventaja para el país y para Europa.

Para A. Lipski, antiguo dirigente de Solidarnosc Rural, la reforma agraria debería ser definida en función de la promoción de la agricultura familiar y estar asociada a los mecanismos de regulación de los mercados de tierra.

1 La historia de Polonia esta marcada por agresiones permanentes desde el fin de la edad media. El país desaparece del mapa europeo durante 123 años, después de haber sido compartido entre Austria, Prusia y Rusia a finales del siglo XVIII.

2Ésta persigue un proceso de redistribución de tierras que había sido iniciado espontáneamente por un grupo de terratenientes: 840.000 hectáreas habían sido redistribuidas antes de 1919.

3 el trabajo obligatorio con los nobles había pasado de 2 ó 3 días por semana a prácticamente toda la semana en el sigo XVIII. La vida de un campesino no valía gran cosa. Se indemnizaba al vecino (un noble, bien entendido) con 3 groszy por un campesino asesinado contra 5 por una vaca.

4hacia Canadá, USA, Brasil (Parana, Rio Grande do Sul) o Argentina o para trabajar como obrero en Alemania o en Francia.

5La opinión pública ignoraba toda la verdad sobre la colectivización y el hambre en Ucrania durante los años 30, las deportaciones, las revueltas campesinas.

6 En URSS, 100% de las tierras fueron colectivizadas por largo tiempo, haciendo un «país sin campesinos».

7Sin embargo, muy poca cantidad de tierras fueron vendidas a los extranjeros, lo cual sólo era posible con las autorizaciones especiales de los Ministerios de la Agricultura y del Interior.

8Esta situación no es exclusiva de Polonia, es el caso de Ucrania, por ejemplo.

Traducido por Maria Jose Gonzalez

Bibliography

Piotr Dabrowski, « Pologne, Un laboratoire de l’histoire », in Courrier de la Planète, N°47, septembre - octobre 1998.

Andrzej Lipski, Communication à l’atelier organisé par l’IRAM, la CONTAG et les réseaux APM lors du Forum Social Mondial 2001, Porto Alegre, janvier 2001.

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